En todas las culturas a través de la historia el ser
humano ha buscado en determinadas conductas o sustancias químicas evadirse,
relajarse o modificar su estado de ánimo, siendo muchas veces inconsciente de
los efectos colaterales que ello le produciría. En nuestro tiempo se conocen
miles de sustancias químicas adictivas, asimismo sabemos del potencial adictivo
de ciertas conductas (ludopatía, nomofobia...). La bioética tiene mucho que
decir en este campo, donde tal vez lo que subyace cuando se traspasa el uso
para pasar al abuso de una determinada conducta, es la pérdida de autonomía que
se genera y por tanto el paciente queda a merced de la sustancia o conducta que
absorbe completamente su vida, sus pensamientos, sus intereses. No obstante,
esta espiral genera múltiples interrogantes: ¿son todas las drogas iguales?,
¿es operativo el concepto de droga legal e ilegal?, ¿las drogas legales son
menos lesivas que las ilegales?.
De esto y de mucho más se ha tratado en el
tercer Foro de Bioética y Derecho celebrado recientemente en nuestra ciudad
auspiciado por el Instituto Auriensis de Bioética y el Colegio Médico de Ourense, recordando una vez más
que bioética y derecho caminan de la mano pero a su vez que la judicialización
de dilemas éticos supone un fracaso.
José López Castro